DIÁLOGO SOCRÁTICO EN LOGOTERAPIA
López
Piñón María Concepción
Nabila
Padilla Francia
Flores
Ayala Selene
Barriga Barriga Sandra
El
Diálogo Socrático fue desarrollado por el filósofo Sócrates en la antigua
Grecia, cuando mediante preguntas y cuestionamientos buscaba la reflexión del
interlocutor con el fin de que considere como válidos otros puntos de vista,
diferentes del sostenido, ampliando el conocimiento y “dando a luz” una verdad.
Martínez, 2012.
Como
parte fundamental de su método psicoterapéutico es a grandes rasgos, una
propuesta psicoterapéutica que se centra en que la persona se haga consciente
de su propia libertad de decisión, respondiendo por si misma ante su vida y
asumiendo la angustia que la libertad misma conlleva.
El
dialogo socrático, como su nombre lo indica, está inspirado en los encuentros
que Sócrates sostenía con sus conciudadanos de Grecia, buscando confrontarlos
con sus supuestas “verdades” con el fin de demostrar su ignorancia (Martínez,
2012). Si bien Sócrates no es conocido por ser psicoterapeuta, su intención y
método sirven a la logoterapia una vez que se hace consciente la libre
voluntad, la persona pueda actualizar sus posibilidades de ser responsable,
expandiéndolas por medio de la decisión, hacia una existencia más auténtica y
más plena de sentido.
En
palabras de Fabry (Fabry, 2009. P. 25): “el diálogo socrático es el instrumento
que el facilitador emplea con más frecuencia en la búsqueda de sentido. Este
diálogo nos pone en encuentro con nuestro núcleo saludable, el espíritu, a fin
que podamos hacer uso de sus recursos”
El
diálogo socrático reúne una serie de aspectos metodológicos y actitudinales que constituyen la base vincular del
proceso logoterapéutico. Podemos entonces hablar de:
11. Actitud
socrática
2 2. Preguntas
socráticas
33. Señalamientos
socráticos.
1 1. Actitud Socrática
Aquí
se contiene la clave para un adecuado encuadre logoterapéutico, ya que implica
la puesta en forma de una actitud personal frente a sí mismo y al consultante,
donde predominan la autenticidad y la disposición amorosa de entrega al otro.
El
amor es entonces el sustento del cómo preguntar y de cómo señalarle algo al
otro, en sí, de todo el vínculo terapéutico. Incluso cuando la pregunta resulta
confrontadora, o el señalamiento irónico o frustrante, si el amor está
presente, serán escuchados con los oídos del espíritu para movilizar la
autoconciencia y la responsabilidad del consultante.
La
relación terapéutica se sustenta en el Yo– Tú (Buber, 1994), en el encuentro
sin prejuicios ni interpretaciones acerca de la otra persona.
Según Martínez (Martínez, 2012. P. 76) la importancia de
la relación terapéutica radica en que:
•
Brinda una base segura para disparar nuevas captaciones de la realidad, es
decir, cambios profundos de actitud con menos miedo.
•
Facilita el cambio por el sentido que atrae y no por la presión del terapeuta
•
Facilita la manifestación de los recursos personales a partir de la relación,
permitiendo que los supuestos riesgos que mantienen a la persona cerrada a la
experiencia sean disuadidos.
•
Moviliza la expresión del autodistanciamiento a través de las circunstancias
que plantea la relación.
•
Ayudan a expresar la autotrascendencia, fomentando así la capacidad de abrirse
íntimamente, dejarse ver y ver a los demás.
•
Permite validar la experiencia del consultante aceptando que lo que el
consultante expresa es su verdad y por tanto respetable.
•
Permite generar vínculos de compromiso que favorezcan el proceso de cambio.
Ingenuidad e ironía.
El
dialogo socrático, al buscar confrontar al consultante con su actitud
inauténtica e irresponsable, utiliza la ironía y la ingenuidad (Lukas, 2004,
Martínez, 2012) a manera de punta de lanza que hinca las bases de la estructura
mental de la persona, removiendo sus cimientos hasta autodistanciarse y hacer
consciencia de lo limitante de la actitud y el sinsentido en el modo de ser,
por medio de la captación de algo valioso en su vida, lo que lo pone “en jaque”
respecto a su postura actual. El estilo irónico del diálogo socrático es paradójicamente
no confrontacional, ya que no pone al terapeuta como rival del consultante,
resistente a lo que este trae como su experiencia. Más bien lo acoge reconociendo
sus incoherencias y preguntándole con el fin de buscar claridad. Como sabemos,
la claridad es señal de que la luz se empieza a esparcir.
El completamiento de frases
ayuda al consultante a conectarse con aquello que evita ver o con aquellos recursos
que se encuentran latentes, ampliando la autoconsciencia. Son preguntas
abiertas que invitan a la persona a completar con aquello que siente sobre sí
misma o que ya sabe de sí misma pero le cuesta observar o aceptar.
La mayéutica: Según
Restrepo (Restrepo, 2001, en Martínez, 2012. p. 67) “La mayéutica socrática es
una forma de poner en práctica la modulación de la actitud y consiste en una
discusión del consultante sobre sí mismo con la ayuda del terapeuta, quien,
como facilitador, presenta preguntas provocadoras e incisivas sobre lo que el
consultante sostiene en virtud de una pasividad o actividad malsanas; en otras
palabras, consiste en extraer el conocimiento del propio interlocutor”.
1 2. Las preguntas socráticas
El
diálogo socrático implica un encuentro fenomenológico, donde el logoterapeuta
busca facilitar la conciencia de la propia libertad personal del consultante,
sin intervenir aconsejando, orientando ni sugiriendo y sin interpretar ni
inferir a partir de lo ya conocido.
Si
lo que se busca es la libertad y responsabilidad el abordaje debe estar
centrado en preguntar, describir y señalar, siguiendo el método fenomenológico
ampliamente trabajado en los enfoques humanistas – existenciales.
Es
así que desde la fenomenología las preguntas socráticas incluyen siempre un
aspecto no interpretativo de aproximación al consultante, para lo cual se
utilizan el ¿Qué?, el ¿Cómo? y el ¿Para qué?, como preguntas básicas (Martínez,
2012).
¿Qué
preguntar?
Se
busca que la persona despliegue sus recursos espirituales, principalmente el
autodistanciamiento y la
autotrascendencia. Se hace uso de las preguntas fenomenológicas (no
interpretativas, sino más bien descriptivas) ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿dónde?,
¿cuándo? y ¿para qué?, estando atento a la respuesta del consultante, para así
poder hacer otra pregunta o señalamiento que favorezca el proceso de dar a luz
su verdad.
Diálogo
socrático y autodistanciamiento
“En
virtud de tal capacidad, el hombre es capaz de tomar distancia no solo de una
situación, sino también de sí mismo. Haciéndolo, realmente toma posición
respecto a sus propios condicionamientos y determinantes somáticos y
psicológicos. Visto así, una persona es libre de moldear su propio carácter y
el hombre es responsable por aquello que pueda hacer de sí mismo”.
“El
autodistanciamiento es la capacidad específicamente humana de tomar distancia
de sí mismo y monitorear los propios procesos emotivo – cognitivos. Es la
manifestación de la autoconciencia que terapéuticamente es bastante útil y se
expresa a través de la autocomprensión, la autoproyección y la
autorregulación”.
La
autocomprensión es la capacidad del hombre de tomar conciencia de sí mismo, es
decir, la autoconciencia. Esta capacidad es, según Frankl (2003), espiritual,
por ser específicamente humana y permite clarificar la existencia personal: La
existencia no se puede objetivar, sino únicamente elucidar. Pero solo es
elucidable porque ella misma se comprende a sí misma: la existencia goza de
autocomprensión, Frankl (2003).
Para
Martínez (Martínez, 2011 P. 16): “la autocomprensión permite al hombre
monitorearse, encontrarse consigo mismo, verse a sí mismo en situación y en sus
circunstancias particulares…es la posibilidad de descubrir y asumir su
participación en lo que le acontece, de identificarse y afirmarse a sí mismo a
través del autoconocimiento”.
La
autocomprensión puede ser desplegada mediante el encuentro logoterapéutico a
través del diálogo socrático, buscando ampliar la autoconciencia respecto a: 1.
Las emociones. 2. Los significados. 3. Los miedos. 4. Las vivencias. 5. Las
estrategias de afrontamiento (pasividades y actividades) (Frankl, 1994). 6. Los
recursos personales (espirituales).
Autocomprensión
de las emociones.
Muchas
veces las personas llegan a consulta sin permitirse sentir plenamente o sin
tener claridad respecto a lo que sienten. Esto puede ser parte de un mecanismo
neurótico que se sustenta en la inautenticidad para eludir la angustia que por
naturaleza la vida conlleva por ser el hombre un ser responsable.
Algunas
preguntas clave pueden ser:
•
¿Qué es lo que sientes cuando ocurre eso?
•
¿Qué es sentirte mal?
•
¿Cómo sientes esa pena?
•
¿Dónde sientes más tu miedo?
•
¿Cómo no quieres sentirte?
•
¿Qué sientes de saber que lograste afrontarlo?
• ¿Y
todo esto tan valioso frente a ti qué te hace sentir?
Autocomprensión
de los significados.
Los
significados son las interpretaciones que hace la persona acerca de la
realidad, de sus experiencias, de sí mismo, de los demás y de su vida.
El
diálogo socrático busca que el consultante se autodistancie y autocomprenda
respecto a los significados que sostienen su percepción de la realidad,
descubriendo si le son útiles o funcionales para una vida con sentido.
Algunas
preguntas clave:
•
¿Qué significa esto para ti?
•
¿Significa que tu…?
•
¿Qué quiere decir eso para ti?
Autocomprensión
de los miedos.
Sentir
miedo es el aviso de que algo puede ser doloroso o frustrante, ante la pérdida
de un valor. Puedo sentir miedo cuando mi integridad o mi salud se ven amenazadas,
o algún ser querido, o algo en lo cual encuentre sentido, como una relación, un
trabajo, un proyecto, etc.
Existencialmente,
en el terreno de la responsabilidad, el miedo es llamado angustia, como el
estrechamiento de las posibilidades del ser, como el miedo a ser libre y asumir
la propiedad de la vida.
Algunas
preguntas clave:
• ¿Qué te da miedo?
•
¿Cómo es ese miedo?
•
¿Qué te angustia?
•
¿Qué pasaría si lo hicieras?
• ¿A
qué te arriesgas si te decides?
•
¿Qué te impide asumirlo?
•
¿Qué te cuesta aceptar de todo esto?
• ¿Qué no quieres que te ocurra?
Autocomprensión
de las vivencias
Las
vivencias son experiencias que marcan en lo emocional y cognitivo (Martínez,
2011), constituyéndose luego en la forma cómo la persona se vive, cómo se ubica
en el mundo, cómo se siente y cómo se ve.
En
este contexto el diálogo socrático busca que el consultante se autocomprenda
respecto a cómo se siente consigo mismo y cómo es que aprendió a sentirse así,
descubriendo las formas en que en el presente evita que el mundo le toque el
“moretón”, ya sea luchando o huyendo (Frankl, 2007), impidiéndose ser auténtico
por miedo a la angustia de enfrentar la vida.
Algunas
preguntas clave:
•
¿Qué evitas sentir?
•
¿Cómo te sientes cuando eso ocurre?
•
¿Te sientes como un…?
•
¿Cómo has aprendido a sentirte como un…?
•
¿Qué haces para no sentirte un…?
Autocomprensión
de las estrategias de afrontamiento (pasividades y actividades)
Frankl
(2008) refiere que existen dos reacciones neuróticas por excelencia: la huida
respecto a los síntomas y la lucha contra estos. A estas estrategias de afronte
ante la vida las llamó respectivamente “pasividad y actividad incorrectas”,
Frankl (2008), ya que implican la no aceptación de lo que viene ocurriendo en
la existencia, sobre todo en lo emocional y cognitivo, aunque implican también
negar aquello que es en el mundo del consultante.
Si
bien las pasividades y actividades incorrectas son reacciones neuróticas, en
logoterapia entendemos a la neurosis como una función de cuidado (Martínez,
2011), según Heidegger el Sorge (en Martínez, 2011), el cuidado del ser sobre
su propia existencia, en este caso cuidando la identidad psíquica y el
equilibrio emocional.
Algunas
preguntas clave:
• ¿Y
qué haces para no sentirte así?
•
¿Cómo haces para protegerte en esas situaciones?
•
¿Sientes que huyes o que luchas frente a esto?
•
¿De qué forma afrontas la situación?
•
¿Cuál es el precio que tienes que pagar por este modo de ser?
•
¿Para qué actúas de esa manera?
•
¿Para qué haces esto?
Autocomprensión
de los recursos personales.
La
persona no es su enfermedad, ni su condición, y finalmente se encuentra en
posibilidad de afrontar, de dar cara a su situación psicofísica y existencial.
Algunas
preguntas clave:
•
¿Qué quisieras hacer ahora?
•
¿Qué está a tu alcance hacer habiéndote hecho consciente de todo esto?
•
¿Cómo hiciste para hacerte cargo de eso?
•
¿Cuál es la opción que tiene más sentido para ti?
Por
otra parte el autodistanciamiento puede ser también Autoproyección, la capacidad
específicamente humana de verse a futuro diferente de cómo se viene siendo
(Martínez, 2011), con esperanza, con una visión que amplía las posibilidades
del ser y brinda sentido al momento presente.
Algunas
preguntas clave:
•
¿Cómo te ves de aquí a…?
•
¿Cómo te gustaría verte?
•
¿Cómo quisieras sentirte?
•
¿Qué necesitas hacer ahora para lograr eso?
Dialogo
socrático y autotrascendencia
La
autotrascendencia es la capacidad específicamente humana de ir más allá de sí
mismo al encuentro con el mundo. En palabras de Frankl (Frankl, 1997 p. 51):
“Porque ser hombre significa Diálogo socrático en Logoterapia Alejandro Salomón
Paredes Av.psicol. 22(1) 2014 Enero - Julio 71 estar orientado hacia más allá
de sí mismo, hacia algo o alguien…un trabajo que realizar o un ser humano al
cual amar”.
Algunas
preguntas clave:
•
¿Qué esperas del resto?
•
¿Qué pasa si no esta persona no es como tú?
•
¿Cuál es la diferencia fundamental entre tú y esta otra persona?
•
¿Esperas que los demás sean como tú quieres?
•
¿Qué te hace ser único?
•
¿Qué sentido tiene para ti ser alguien único?
33. Señalamientos socráticos.
Implica
una forma de encuentro donde no solo hay un ir y venir de preguntas y
respuestas mecanizadas, sino una actitud de entrega y disposición mutuas que se
va construyendo con el pasar del tiempo, también son de vital importancia los
señalamientos, es decir, intervenciones del terapeuta en las cuales pone
énfasis en algunos aspectos del vínculo que se va dando y que llaman su
atención.
- · Lo no verbal: son señalados por el terapeuta de forma fenomenológica, sin interpretar lo que señala, buscando claridad por parte del consultante respecto a su propio ser.
- · La naturalidad: Aquí el terapeuta señala, desde su propio vivenciar en la terapia, algún aspecto natural de lo humano que el consultante no logra captar. Precisamente quien está neurótico bloquea el fluir natural de la vida, en sus esfuerzos por no vivir la angustia que la vida misma conlleva.
- · Las incoherencias: A partir de señalar una incoherencia (con la respectiva confusión que se genera) vendrá la claridad para la elección consciente y responsable, para intencionarse hacia el sentido (Lukas, 2004). Pueden usarse la ironía y el humor para lograr el autodistanciamiento respecto al modo de ser actual (Frankl, 2008).
- · Captación de valores: El logoterapeuta puede señalar las posibilidades de valor encerradas en la situación y en la vida misma (Lukas, 2004) del consultante, a fin de movilizar la afectación y la captación y realización del sentido. Esto sin inducir al consultante u orientarlo a los valores que el terapeuta considere, recordando que el diálogo socrático es un encuentro fenomenológico, respetuoso del proceso de cada quien.
- · El terapeuta en persona: Durante la terapia el terapeuta puede permitirse expresar directamente lo que siente en relación al otro, favoreciendo el autodistanciamiento del consultante respecto a su modo de ser inauténtico (Martínez, 2011) o la autotrascendencia manifestada en diferenciación y afectación. Esta afectividad no es actuada sino más bien genuina y espontánea.
Conclusión
El
diálogo socrático representa una alternativa psicoterapéutica centrada en una
actitud fenomenológica, en el encuentro siempre abierto hacia la otra persona,
sostenido en el más elevado respeto por la unicidad, dignidad y libertad
personales. En este sentido nos propone una rehumanizante forma de aproximarnos
y vincularnos con el Tú, y de actualizar lo libre de cada quien, hacia la
autenticidad, la responsabilidad y la apertura a los valores, es decir, a vivir
una vida plena de sentido.
REFERENCIAS
Martínez,
E. (2012). El dialogo socrático en la psicoterapia. Colombia: Aquí y ahora.
Fabry,
J. (2009). Señales del camino hacia el sentido.México: LAG.
Buber,
M. (1994). Yo y Tú. Argentina: Nueva Visión.
Lukas,
E. (2004). Logoterapia. Argentina: Paidós.
Frankl,
V. (2008). Teoría y terapia de las neurosis.España: Herder
Martínez,
E. (2011). Los modos de ser inauténticos.Colombia: Manual Moderno.
Paredes,
A. K. (2014). DIÁLOGO SOCRÁTICO EN LOGOTERAPIA. Centro Psicoterapéutico Logos
(CPL), 61-74.
Excelente como acercamirnto profundo a esta herramienta terapeutica
ResponderBorrarEste artículo es en su totalidad mi artículo publicado en la revista Avances en Psicología Vol. 22 Número 1. Año 2014. Debe ser citado como corresponde.
ResponderBorrarUsted y Juan Pablo son los master, soy alumna de Felipe Miramontes.
BorrarHola Aleandro Salomón, he checado tu artículo, me ha servido mucho para una exposición sobre las técnicas logoterapeúticas
ResponderBorrarMuy útil y esclarecedor, gracias por postearlo.
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